sábado, 5 de junio de 2010

Es posible

Los indicios se acumulan por doquier: En Islandia, un partido liderado por un payaso (no es un término despectivo, es que el hombre realmente se dedica a eso) autodenominado "El mejor partido" ha ganado las elecciones a la alcaldía de la capital, Reikiavik. En Colombia, el excéntrico candidato del Partido Verde (o sea, el partido ecologista), está ya en la recta final de las elecciones presidenciales, después de haber forzado una segunda vuelta con el favorito. Además, ya ha sido en un par de ocasiones alcalde de Bogotá. Esto viene a sumarse al no menos sorprendente éxito del Partido Pirata sueco, que consiguió un escaño inicialmente, y luego otro más, al que se sumó, procedente de Alemania, un político del SPD. En total tres escaños, un alemán y dos suecos.

No es que estos políticos sean los que vengan a salvar al mundo, pero creo que una sociedad demuestra ser democrática cuando los ciudadanos son capaces de mover el anquilosado entramado tradicional de los grandes partidos. Y los colombianos, islandeses y suecos han dado al mundo una buena lección de cómo se hace. No es necesario asaltar ninguna Bastilla.

Cuando alguna gente habla de que todo está perdido, de que el sistema no puede cambiar, de ir a manifestaciones para protestar porque otra cosa no pude hacerse, hechos como estos nos recuerdan que, a veces hechos como estos nos recuerdan que quizás todo es tan sencillo, y a la vez tan complicado, como tener la suficiente madurez democrática que nos permita atrevernos a salir de casa y echar una papeleta en una urna, de manera responsable y sin buscar el "voto útil". Otro mundo es posible, si queremos.

Imagen: http://www.casamerica.es/casa-de-america-madrid/agenda/migraciones/el-voto-un-derecho-reciproco/urna