jueves, 26 de abril de 2007

La importancia de ser incorrecto

Nuestra época no destaca especialmente por su nobleza ni su educación. La vulgaridad y la bajeza están a la orden del día, e incluso hay quienes se regocijan en ellas y muchos otros que les ríen las gracias a los primeros. ¿Es esto bueno o malo? Depende. En gran parte es malo. A mí, en particular no me gusta vivir entre personas sin educación o que enaltecen la vulgaridad. Sin embargo, tiene sus ventajas, y es que la gente se libera de restricciones a veces demasiado mojigatas en su comportamiento, se acostumbra a decir las cosas claras, y a veces esta franqueza vale más que la nobleza (tan solo aparente muchas veces) que se pierde.

Sin embargo, desde hace agunos años he notado que, además, hay una especie de tendencia exagerada a ser políticamente correcto. Cualquier indicio, por muy sutil que sea, de que se está menospreciando o criticando a tal o cual minoría o grupo social, es tomado por los lectores como una desfachatez inconcebible, y provoca inmediatamente innumerables críticas. Consecuencia de ello es la autocensura: Los propios autores usan eufemismos continuamente o incluso evitan el tema para no buscar problemas, lo cual empobrece la comunicación o bien le quita toda la franqueza, en la que a menudo reside toda su gracia. Esto es especialmente triste en los blogs, ya que es precisamente la espontaneidad la que le da la gracia a estos diarios electrónicos, como el que ahora mismo lees.

Desde mi punto de vista, esta combinación de vulgaridad y corrección política es lo peor que podría ocurrir. Se pierde la nobleza en el arte de expresarse, sin ganar por ello en franqueza. Y ojo, que no es que no esté bien respetar el honor de ciertas personas y colectivos, pero sinceramente, los eufemismos políticos (no poder usar palabras como "un negro" o "un maricón", por poner ejemplos fáciles para la mayoría) me recuerdan mucho aquellos otros que antes se usaban en el sexo (hablar de "fornicar", por ejemplo) y que ahora nos parecen demasiado cuidadosos. Hay que tener en cuenta que en la literatura (y un blog también tiene su toque literario), la coincidencia entre lo que se piensa y lo que se dice es esencial. Los eufemismos nunca ayudan, y empobrecen el estilo. Más vale decir algo que moleste a algunos, pero que sea lo que se sabe que se piensa, a disfrazarlo con bonitas expresiones tras las que se adivinan esas mismas ideas, simplemente camufladas para evitar las críticas.

¿Voy a decir que por ejemplo Acebes es un político "un tanto conservador en sus ideas" cuando puedo decir que es un facha? ¿Voy a callarme que cierto personaje al que vi cierto día es un maricón perdido para decir que "tenía una orientación sexual diferente"? ¿Voy a ahorrarme cierta observación sobre las mujeres en general, aunque sólo sea para hacer un chiste, porque a no sé quién le pueda parecer que hoy en día es inaceptable hacer distición de sexo? No, lo siento. Si tengo que hacer observaciones, intentaré hacerlas con educación y con gracia, pero también respetando la verdad y sobre todo la franqueza. Y si alguien ha de decir algo en lo que yo "pudiera sentirme ofendido", por favor, que haga lo mismo, que lo diga tal y como lo piensa; yo ya usaré mi dialéctica para respoderle con elegancia si soy capaz, como dos judokas que van a pelear, pero que, antes y después de hacerlo, se saludan con sincero respeto. Y me sentiré mucho mejor así que si se calla para no ofender, pero sigue pensando igual.

La corriente del mar

Últimamente veo mucha gente de mi entorno distanciarse. Y no es que se distancien de mí, sino un poco de todo. No sé qué les pasa. Ayer mismo, una amiga me decía que ya no escribía en un foro que antes compartíamos porque creía que no caía bien a cierta gente. Estoy convencido de que se equivoca, pero si no se siente cómoda, nada puede hacerse ya. Otras personas a las que antes veía compartir noches de fiesta, conversaciones de chat, foreos... no quieren saber nada ya unos de otros, o al menos no muestran interés. Yo mismo vi con pena a un par de personas el sábado pasado por la noche, con las que había compartido muchos fines de semana y que ahora ya ni me saludan (ni yo a ellos). Unas veces por malentendidos, otras por temores o sospechas infundados, otras simplemente por desidia o porque una cree que la otra no le aporta nada, las personas se separan. Supongo que es lo normal. Yo lo acepto como parte del devenir de la vida, pero sigue siendo triste igualmente. Incluso me sorprende que tenga que ser yo, que nunca he destacado por mi sociabilidad, el que tenga que tomar la inciativa para hablar a gente que hace tiempo que no veía y decirles algo tan sencillo como "ey, hola, ¿cómo va todo?".

En ocasiones, la causa es comprensible y normal: Estudios, trabajo, o que se echan novio/novia y prefieren estár por esa persona. Pero otras veces no lo entiendes. Te preguntas qué concepto tienen de la amistad, qué esperan de los demás, que esperan de la vida. Me da por pensar que si pusieran un poco más de interés, un poco más de ganas, de buena voluntad, aprovecharían mucho mejor la presencia de quienes le rodean; pero no, parece como si la desconfianza los anulase.

No sé por qué me da por pensar en estas cosas ahora. Es primavera, hace buen tiempo, las cosas me van bien... pero me apena ver que mucha gente que me rodea parece estar a la deriva. Son como navegantes, cada uno en su barquita solitaria, a los que ves desde la playa, alejándose unos de otros mientras la corriente del mar los arrastra lentamente .

viernes, 20 de abril de 2007

Control de calidad

Hace unos días llegué por casualidad a este artículo de la wikipedia en que se cuenta cómo un ingeniero con ganas de broma y bastante valor se atrevió a proponer un proyecto de memorias WOM (memorias de sólo escritura), evidentemente inútiles, y que sin embargo llegó a entrar en la cadena de producción y a publicarse en el catálogo de productos. Aparte de pasar un rato divertido (la hoja de especificaciones es para llorar de risa con sus mil detalles graciosos), demostró así lo inútiles que son tantos controles burocráticos sobre los proyectos, pues a menudo quienes les tienen que dar la aprobación (presuntamente personas muy capacitadas para hacerlo) no tienen ni idea, y aunque la tengan, pasan de opinar, aprueban porque sí y confían en que el ingeniero haya hecho algo útil; en todo caso ya le echarán la bronca si no. También es una muestra de lo importante que es el control de calidad, y de que no sirve hacerlo porque sí, para cumplir y llenar papeleo, sino que hay que llevarlo a cabo para no acabar haciendo cosas como... como las memorias WOM.

martes, 17 de abril de 2007

La realidad supera la ficción

Hoy una amiga me ha explicado una historia que parece sacada de un libro de terror, pero que por lo visto es cierta y sucedió el sábado pasado, sin ir más lejos. Le ocurrió a una conocida suya, y me ha parecido suficientemente interesante como para narrarla aquí, porque incluso si fuese mentira, la mente pensante capaz de imaginarlo merecería unos minutos de atención.

Ocurrió que la chica fue a una rave a pasarlo bien, como tanta gente en un fin de semana cualquiera. Allá encontró un chico que le pareció interesante, aunque no le acababa de dar buenas vibraciones, lo encontraba algo raro, aunque no sabía decir por qué. Igualmente acabaron enrollados, y el chico le propuso ir a su casa a "acabar la faena". La chica dudó y finalmente, siguió los consejos de sus amigas, que le decían que ese tipo no les daba buena espina, así que ahí quedó la cosa.

La fiesta terminó y se fue a su casa a dormir, sin más incidentes. A la mañana siguiente, se despertó con una extraña irritación en la piel, y los labios hinchados y con pus. Horrorizada y temiendo que le hubieran contagiado alguna enfermedad peligrosa, fue al médico. Éste la observó extrañado y le dijo que tenía que hacerle unas pruebas, porque no tenía buena pinta. Tras las pruebas, volvió a aparecer el médico para comunicarle que había tenido que denunciarla.

-¿Pero por qué? -exclamó la chica- ¿Qué he hecho yo?
-Señorita, este tipo de enfermedad sólo aparece cuando se ha tenido contacto con cadáveres en descomposición.

Un escalofrío recorrió la espalda de la chica, que comenzó a imaginar historias extrañas, como que había estado liándose con un zombie o algo así. El caso es que vino la policía y comenzó a bombardearla con preguntas. Tras una serie de indagaciones, encontraron el domicilio del chaval, y allá descubrieron también los cadáveres de un par de chicas que habían desaparecido unas semanas atrás. Por lo visto el personaje practicaba la necrofilia con ellas.

Y no, como os digo no es una historia del siglo pasado ni ocurrió en Texas o en Pennsylvania. Ocurrió el sábado pasado aquí mismo.

jueves, 12 de abril de 2007

Los locos y los cuerdos


Me sorprende lo poco que se habla en la blogosfera sobre la aventura de los 15 militares británicos capturados y posteriormente liberados por los iraníes. Creo que es un caso interesante, y muy ilustrativo, de la actual situación de los ejércitos occidentales y de los condicionantes políticos, propagandísticos y psicológicos que determinan su eficiacia.

En otras épocas, los espías hubieran sido capturados y encerrados como prisioneros de guerra por el país que los detuviese. Nadie se hubiera quejado ni a nadie le hubiera resultado extraño que se los mandase a una prisión o que se les advirtiera con la posibilidad de ser juzgados por espías. No me imagino a una patrulla de Alejandro Magno capturada por los persas y diciendo más tarde, al ser liberados, que fueron presionados por el enemigo y que por eso admitieron que habían entrado en su territorio, después de que el propio Alejandro lo hubiera negado una y otra vez.

Hoy en día, en cambio, todo es como una farándula. Hasta las guerras de verdad acabarán siendo más cómicas que la de Gila. Y es que aunque no soy experto en política internacional ni en operaciones militares, hay cosas que considero que son de sentido común. Vamos a examinar lo sucedido porque tiene guasa:
  • Unos días antes de ser apresados, un miembro de la tripulación va y ofrece a Sky News una entrevista en la que explica que su misión es espiar a los iraníes. Genial, eso son espías y lo demás son tonterías. "¿Oiga? ¿Es el enemigo? Sí, mire, que mañana vamos a ir a espiarles y no sabíamos si les iba bien a ustedes o si sus patrullas están de permiso". En fin... Claro, ¿para qué vas a ocultar tu misión de espionaje cuando tienes la oportunidad de salir bien guapo en las fotos o en la tele? Afortunadamente, el canal no ofreció la entrevista hasta después de que los liberaran.
  • Como tienes que espiar a los iraníes, pues te metes en sus aguas territoriales, como es lógico, porque si intentas espiarlos desde fuera, poca información vas a conseguir. A pesar de todo, una vez apresados, el gobierno del Reino Unido se apresura a decir que estaban en aguas iraquíes. Claro, o sea, que según Tony Blair, los iraníes, que actualmente están esperando que un día u otro los norteamericanos o los israelíes les suelten unas cuantas bombas desde el cielo, no tienen nada mejor que hacer que arriesgarse a rodear y capturar a unos militares ingleses, en una zona en la que los anglosajones tienen una gran superioridad militar y se arriesgarían a ser capturados ellos mismos. Pero claro, ya sabemos que la diplomacia occidental se rige por el principio de: nunca admitas un fallo de entrada; luego ya veremos cómo lo arreglamos. En España tenemos mil ejemplos de esto.
  • Lógicamente, los iraníes advierten a los prisioneros de que van a ser juzgados, y que eso podría suponerles la vida. Como militares que son, se limitan a cumplir las normas que cualquier ejército del mundo tiene para tratar a los prisioneros. Sin embargo los ingleses, al ser liberados posteriormente, declararían que les sometieron a presión psicológica, ya que "Nos ataron las manos, nos vendaron los ojos y nos colocaron frente a una pared. Nos sometieron a continua presión psicológica". Por lo visto ahora colocar a alguien frente a una pared o conducirle a su celda con los ojos vendados para que no obtenga información y con las manos atadas para que no escape es realizar presión psicológica. Si cualquiera de los grandes generales del pasado levantase la cabeza...
  • La atención se centra sobre la mujer del grupo, a la que los bárbaros soldados iraníes someten a la terrible e insoportable tortura de hacer que se quite la ropa (excepto la ropa interior) y darle un pijama en lugar de su uniforme. También le dan un velo para la cabeza, puesto que todos sabemos que las costumbres del país así lo exigen. Milagrosamente, la valiente soldado pudo soportar tan espantoso trance, que luego recordará a los medios tras ser liberada, como única muestra de la supuesta "presión psicológica" que he podido leer hasta ahora. Vamos, ni Juana de Arco.
  • Aunque no tendría por qué hacerlo, el presidente Ahmadineyad, ofrece al Reino Unido la entrega de los prisioneros, simplemente a cambio de una disculpa oficial. No hace falta ni siquiera que los ingleses digan que estaban espiando, Blair puede limitarse a decir que fue un error, pero que reconozcan al menos que estaban en sus aguas. Sabia acción, similar a la de los chinos cuando hace un tiempo capturaron un avión espía norteamericano, y tardaron semanas en conseguir una semidisculpa a regañadientes, pero que igualmente fue una victoria diplomática china.
  • Que no, que la actuación iraní es inaceptable y exigimos una liberación inmediata de los rehenes, dicen los ingleses. Llevan incluso el tema a la ONU e intentan conseguir (con éxito en muchos casos) el apoyo internacional. Mientras tanto, el mundo se asombra al ver las imágenes de los prisioneros sonrientes y en buen estado, cuando aún tenemos todos frescas las que cada día nos llegan de Guantánamo, que resultan más propias de un campo de concentración y violan todos los derechos de los prisioneros. Todo esto provoca una acertadísima crítica del ex-Monty Python Terry Jones en The Guardian. La mayor parte de nosotros pensamos sin duda igual que él.
  • Los norteamericanos, en una nueva demostración de su política de pistolero del Far West que lo arregla todo a base de tiros, ofrecen a los ingleses bombardear Irán o enviar un comando de rescate. El gobierno británico, incapaz de llevar a cabo otra política que el "no, no, nosotros tenemos razón y los iraníes tienen que liberarlos por las buenas", rechaza horrorizado la propuesta.
  • Ahmadineyad, en una jugada maestra, y viendo que los norteamericanos se mueren de ganas por usar esta captura como excusa para borrarlo del mapa, anuncia que liberará a los prisioneros como regalo a Gran Bretaña, aunque lamenta que ésta no se haya disculpado. El gobierno británico no sabe hacer otra cosa que alegrarse de la liberación. Sin más.
  • Los valientes soldados llegan a su país y, como era previsible, cambian la versión. Ahora resulta que no, que por supuesto que estábamos en aguas iraquíes. Hombre, por Dios, cómo podría usted dudarlo; si dijimos otra cosa era porque no había más remedio. No, ya...
En fin, ante tanta actitud esperpéntica, lo único que puedo decir es que, en mi humilde opinión:
  • No sé si los británicos estaban en aguas iraníes o no, y seguramente nunca se sabrá, pero si tuviera que apostar algo, yo diría que sí lo estaban, para qué nos vamos a engañar. Lo siento por "Bliar", pero todos los indicios apuntan en su contra.
  • La diplomacia occidental ha demostrado que no tiene recursos, ni dignidad, ni sentido de estado. La antigua altura de miras de los grandes políticos y militares se ha perdido. Churchill se hubiese muerto de vergüenza al ver a su país comportarse de un modo tan bobo.
  • Los norteamericanos tampoco saben hacer nada que no sea tirar bombas, aunque bueno, esto ya lo sabíamos.
  • Los militares de los ejércitos occidentales son, en su mayoría, gente que está ahí porque no tiene otra manera mejor de ganarse un sueldo, pero que tampoco tiene intención de dar su vida por la patria, así que mejor no le pidamos mucho a nuestros ejércitos. Suerte que tienen un armamento superior, porque si no...
Un último comentario: Hace años, uno de los directivos de la empresa de mi padre hizo una reflexión que me llamó la atención y que encontré muy acertada. "En las situaciones locas, el loco es a veces el más cuerdo y los cuerdos parecen locos o tontos", vino a decir. Este caso lo ilustra perfectamente. Nadie parece aquí más sabio y cuerdo que Ahmadineyad, a pesar de esa imagen de loco fanático que siempre nos transmite. En cambio, los dirigentes occidentales nos parecen unos aficionados patosos que no saben hacer la o con un canuto. Quizás es que la mayoría de ellos no son más que unos actores acostumbrados a actuar en el teatro de la vida cotidiana de Occidente, pero que cuando los pones en una situación que se sale del guión, son incapaces de hacer algo con sentido, y en estos casos la filosofía oriental resulta más útil que nuestra educación vacía de ideas y principios.

miércoles, 11 de abril de 2007

1984

La alerta se ha disparado. Lo que hasta hace unos días parecía un chiste ("¿Te imaginas que la SGAE fuese la encargada de censurar los contenidos de la red? jajajajaja...") es ya una realidad, o casi. La Asociación de Internautas ya se ha hecho eco de la situación, y montones de blogs intentan (y yo me sumo, por supuesto) darle publicidad al tema. Hay que hacer algo ya. Por el momento, que se hable de ello lo máximo posible, y espero que desde la AI propongan alguna acción concreta. Desde luego, mi apoyo lo van a tener; esto es mucho más grave de lo que algunos creen. Ya no es una cuestión de bajarse mp3 y grabarlos en CD. Es algo que, si no se frena, puede acabar en un Gran Hermano que nos vigile. Esta vez va en serio.

martes, 10 de abril de 2007

La guerra del Coltan

No es reciente la noticia de que Francia y EE.UU. luchan desde hace años por controlar las explotaciones de los recursos de África, más concretamente de la zona de la R.D. del Congo (antes Zaire). Aunque los medios no suelen entrar mucho en detalles, siempre hemos oído hablar esporádicamente de esta lucha, mientras nos preguntábamos qué pintaban, por ejemplo, los legionarios franceses en esa zona del mundo, en lugar de estar en cualquier otra. Tal conflicto lo achacaba yo al oro, los diamantes, o cualquiera de los metales preciosos que todos conocemos. Ya me imaginaba que el famoso conflicto étnico entre hutus y tutsis, o la guerra política en la que intervenía Ruanda, no eran más que tapaderas de algo más profundo, pero nunca he sabido qué era.

Hoy por fin he conocido la respuesta. Se trata de un material muy útil aunque poco conocido: el Coltan, un mineral que contiene Tantalio, y que es muy usado en la fabricación de semiconductores para todo tipo de aparatos electrónicos. Resulta que el 80% de los yacimientos están en la zona oriental de este país, y la extracción se realiza mediante la esclavitud o semiesclavitud de miles de habitantes dominados por las mafias, que luego venden el material a las empresas occidentales.

Me siento agradecido a la gente que desde blogs como este ayudan a que se sepa una verdad que la mayoría de medios tratan de ocultar o por lo menos disimular. Vergüenza me da pensar que mientras nos aburren con el millonésimo cruce de acusaciones entre Acebes y Blanco (¿hay algo más inútil que preocuparse de lo que dicen estos dos señores?), no nos digan que nuestras empresas son en parte culpables de la muerte de 4 millones de personas y la esclavitud actual de vaya usted a saber cuántos miles. Algún día, si algún congoleño pone una bomba en un tren francés o estrella un avión norteamericano, por ejemplo, alguien se extrañará, se indignará y clamará que hay que luchar contra el terrorismo mundial; y mientras tanto yo me limitaré a desear que alguno de los miserables que apoyan todos estos tinglados estuviera en ese tren o en ese avión. Y no lo sentiré por él.